Cruzar la puerta de Ohsawa es entrar a un mundo diferente, de paz y bienestar emocional. Pero también es adentrarse en el universo de Perla Palacci, máximo referente de la comida macrobiótica en nuestro país, creadora de este nuevo espacio en Palermo y cuya sabiduría se refleja en la elección de cada plato.
Ubicado en la esquina de Honduras y Ravignani, los rayos de sol que entran por los amplios ventanales del local lo convierten en un lugar luminoso y sereno, ideal para almorzar sin prisa y repensar la forma en que nos alimentamos. Por eso, Ohsawa es el refugio de los oficinistas de la zona, de parejas, grupo de amigas, turistas y porteños, incluidos los vegetarianos, veganos y naturistas, que se acercan en busca de una propuesta rica, que al poseer el balance justo de alimentos, permite continuar el resto del día liviano pero satisfecho.
Con la convicción de que la comida no es sólo eso, sino la fuente esencial de energía, salud y felicidad para nuestro cuerpo, en Ohsawa ofrecen platos abundantes, frescos, sabrosos y saludables, elaborados con insumos de la más alta calidad, a precios accesibles, “No sólo pretendemos que la gente coma sano, sino que coma equilibrado. Somos seres energéticos y alimentarse bien es salud”, explica Perla Palacci, dueña del lugar y una de las pioneras de la macrobiótica en Argentina.
La carta.
Utilizando una muy buena proporción de cereales integrales, proteínas, verduras, frutas de estación y semillas, la cocina macrobiótica es un tipo de alimentación natural, integral y balanceada, que calma la mente y renueva nuestro organismo.
Tofu, seitán, algas, legumbres, pescado, pollo de campo, mijo, así como verduras crudas y cocidas, se suceden en la carta de Ohsawa. Si bien la esencia del lugar son los platos balanceados, también hay wraps como el de Remolacha asada (con tofu saborizado, kale y nueces especiadas), pastas, ensaladas, empanadas integrales y una gran variedad de sándwiches para disfrutar durante todo el día: en pan casero de harina integral orgánica y acompañado de papas o ensalada, el must del lugar es el sándwich de Portobello (hongos, pimientos asados, queso de tofu y rúcula) y el de Pollo de campo (con pesto, rúcula y tomates asados).
Elaborados diariamente, procesándolos lo menos posible y utilizando productos locales, los platos se preparan con sal marina, agua filtrada y la mayor cantidad de productos orgánicos. A la hora de los dulces, la repostería de Ohsawa es vegana y una invitación directa a la tentación: de bajo aporte calórico y endulzada con el jugo de las frutas, azúcar integral órganico y jarabes naturales, las tortas se elaboran sin huevo, tampoco manteca, conservantes, ni azúcar blanca o miel. Para descubrir y dejarse tentar.
Además, a través del almacén –donde se pueden adquirir productos naturales y aptos para personas con diabetes y colesterol–, del servicio de delivery o de take away, la idea es que todos pueden ser parte del mundo de la cocina macrobiótica y sana. Por eso, la propuesta se completa con clases de cocina y la feria de verduras y frutas orgánicas de cada sábado. Así, Ohsawa se convierte en una nueva propuesta saludable, completa y contagiosa, ayudándonos a sentirnos seguros a través de la comida.
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