En verano, el restaurante del Circolo Italiano abre las puertas de su mansión, casa Leloir, para promover en la ciudad el hábito encantador de acortar la distancia que separa de la cena, propiciando merecidas charlas y ocio estival en sus jardines, con nuevos aperitivos mediterráneos.
Como ícono de cocina y cultura italiana, el Circolo Massimo pensó en comensales que, cansados del ruido metropolitano, hacen un alto antes de llegar a casa, y sólo quieren una cerveza helada, para acompañarla con Pizzetas de rúcula y parmesano; o quizás una copa de vino de su amplia cava, seguida por una Bruschetta de cebolla caramelizada y Brie. Y sino, Campari o Gancia batido, con Focaccia crocante.
Pero si el plan es tomarse más tiempo y compartir el momento, llegan prestas las Tablitas Italianas, llenas de de quesos y embutidos tradicionales, acompañadas por los mejores vinos.
En pleno bullicio porteño, el arquitecto noruego Alejandro Christophersen le dio a los jardines y las terrazas de casa Leloir la intimidad necesaria para, al resguardo de su verde centenario y sus esculturas originales, sentirse afortunado y al margen del calor urban
De lunes a viernes 12 a 16/ 20 a 00 / Sábados 20 a 00/ Domingo 12 a 16
Gasto promedio: $200
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